Los ayuntamientos son las administraciones gubernamentales que están en contacto directo con el pueblo. Una de sus muchas y fundamentales obligaciones es la de mantener las ciudades en perfecto estado para la población.

Esto se puede traducir en nuevas construcciones públicas o reformas de calzadas, plazas y en definitiva cualquier tipo de obra que podamos imaginar. Este tipo de obras en la vía pública deben cumplir con varios requisitos en cuanto a materia de seguridad y organización para evitar cualquier tipo de accidente y minimizar en lo posible los contratiempos que los trabajos de construcción o mantenimiento puedan ocasionar a viandantes y tráfico.

Además de una correcta organización entre las fuerzas de seguridad y las de protección civil, es necesario desplegar algunos elementos para garantizar unos espacios más seguros. Las vallas son tremendamente útiles para los ayuntamientos ya que permiten marcar los límites de las obras. Acompañados de las correspondientes señales, ayudan tanto a los peatones como a los vehículos a dirigirse por las zonas y caminos seguros, alejándolos de cualquier peligro.

Pero un ayuntamiento puede utilizar las vallas de muchas otras formas. Por ejemplo dividir los espacios dentro de un evento o actuación, permitiendo separar al público asistente de las zonas donde trabajan los operarios del escenario y los artistas.

Los sistemas de vallado son fáciles de montar y fáciles de guardar y también pueden reutilizarse en muchas ocasiones. Lo mejor que puede hacer un ayuntamiento que necesite este tipo de servicios es dirigirse a una empresa especializada en el sector de la construcción y de la seguridad, ya que existen diferentes tipos de vallas según el uso que se les vaya a dar.